Asegura Roberto Mercadillo, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, que no dormir entre siete y nueve horas diarias impacta negativamente en la capacidad de empatizar de los adultos y también los hace proclives a rechazar a otras personas por prejuicios.
En entrevista con la agencia Notimex, el académico expuso que se ha probado científicamente que la privación del sueño afecta de manera significativa la capacidad para reconocer las emociones de las otras personas, hecho que dificulta la posibilidad de empatizar, es decir, de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
No leer de manera adecuada el estado anímico de otras personas puede crear conflictos sociales importantes y propiciar relaciones hostiles, consideró el especialista en neurobiología y señaló que, bajo esta lógica, la restricción del sueño afectaría de manera particular el quehacer de padres de familia, tutores y docentes.
Respecto del efecto de dormir poco como detonante de actos discriminatorios, apuntó que una investigación realizada en Estados Unidos reveló que las personas que durmieron cuatro horas diarias durante tres semanas aumentaron el sesgo implícito para discriminar a personas árabes musulmanas, en comparación con las que tuvieron jornadas de sueño de ocho horas.
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